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jueves, 6 de octubre de 2011
9 COSAS QUE LA GENTE HACE EN INTERNET Y NO COMENTA
Mantener secretos y prácticas en Internet que no se divulgan es una dinámica tan común como escribir un correo electrónico. Y es a su vez, uno de los mayores encantos de la vida virtual.
Nadie tiene que dar explicaciones sobre cómo navega y qué hace en la red. Mantener secretos y prácticas en Internet que no se divulgan es una dinámica tan común como escribir un correo electrónico. Y es a su vez, uno de los mayores encantos de la vida virtual. A continuación enunciamos algunas de esas prácticas que un individuo podría hacer o ha hecho alguna vez, pero que pertenecen a su intimidad. Asimismo, contamos con su opinión para saber qué tipo de 'accionares' de este tipo pueden incluirse aquí.
Fetiches. La red es la mayor ventana de placer para casi cualquier fetiche. Y asimismo, su mayor confidente. Desde los tacones al sadomasoquismo, desde una webcam hasta YouTube. Además, las compras no convencionales para complementar este tipo de deseos, ya sea la última 'sex machine' o una pinta no apta para salir a la calle.
Fisgonear. Las opciones de privacidad de Facebook ofrecen varias preferencias para establecer qué información quiere compartir y quién puede acceder a ella. Pero aunque tenga casi blindado su perfil, habrá algún contacto que pueda mirar su información. Enterarse de lo que pasa con los contactos de esta red no tiene nada de raro. Sin embargo, pocos aceptan cosas como mirar en detalle una y otra vez el perfil de aquella chica que le llama la atención, o estar pendiente de la actividad de su pareja con pormenores como a quién agregó, quién lo agregó, a quién le comentó. Este tipo movimientos son el ADN de una red social, y no hay ningún pecado en ello. ¿Quién no quiere ver la nueva foto de perfil o las imágenes de la fiesta más reciente?
Lo normal se vuelve extraño cuando su información es utilizada fuera de los canales convencionales. Es común la creación de perfiles con fotos de otras personas. Imagínese el perfil de un paraguayo con una foto suya. De igual manera con los gustos, lugares que visita y hasta la información laboral. Es imposible saber a dónde van a parar todos los datos de sus redes sociales, no solo de Facebook, la más popular en este momento de la historia.
Crear o pertenecer a ciertos grupos y comunidades. Gleeden es un sitio de encuentros extraconyugales para personas casadas. Ofrece total discreción, miembros reales y una comunidad internacional que pronto llegará al millón de usuarios. Su pareja puede ser miembro y podría llevarse el secreto a la tumba. Por otro lado, hay acciones tan absurdas como la creación de un grupo de Facebook que supuestamente amenazó con quitar la vida del hijo de un presidente.
Conversaciones 'candentes' por chat. "Echarse los perros" o coquetear por chat es algo realmente placentero. A cualquier hora, sin intermediarios, sin necesidad de cita. No ver a la persona en frente genera otro tipo de interacción. Pura química materializada en letras.
Hackear y 'trollear'. Bajo un seudónimo y un contundente avatar que hace las veces de antifaz, se da a la tarea de implementar un poco de anarquía en la red. En este terreno, Twitter es el paraíso. Y desde luego, hay hackers de hackers. Cometer delitos y estar en la mira del DAS no es una opción.
Ver material "fuerte". Una cosa es ver pornografía, otra buscar contenidos más fuertes como páginas especializadas en lo 'gore' o la exhibición de material snuff que está prohibido en casi todo el planeta junto con otras perversiones.
Compartir material íntimo. Un caso hipotético: tuvo una noche de sexo estupenda y la grabó en video o logró buenas fotos de un 'topless'. Al día siguiente no lo sube a Facebook, pero no se queda con las ganas de mostrarlo y se lo pasa a una persona de 'confianza'. Ahí puede empezar una cadena de información que puede resultar en un video conocido por mucha gente de su alrededor, o quizás, en 15 minutos de fama por cortesía de YouTube... and the music.
Sexo virtual: Está separado de ella unos cuantos meses por un estudio o trabajo en el exterior. Ella todavía es su novia, y decide intentar ponerle picante a una noche que no pinta para nada mejor. Una video llamada con la persona a la que no le daría pena intentar esto.
Borrar el historial de navegación: Chequeó lo que quería y lo que no puede saber nadie más. Acto seguido, borró el historial. El resultado: usted nunca estuvo ahí.
Articulo: www.revistadonjuan.com
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